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lunes, 31 de marzo de 2008

COUSAS NOSAS


Fonte: Gogue (Faro de Vigo 31.03.2008)

jueves, 13 de marzo de 2008

Enseñanza Moderna Frente a Tradicional

En la Universidad de Alcalá (UAH), y por iniciativa de una de sus vicerrectoras, la Doctora Moscoso, se puso en marcha hace cuatro años una antesala de los ECTS, el sistema de enseñanza universitaria acordado por los países de la UE en Bolonia. En el proceso ensayado en la UAH se introducía un sistema de tutorías de tipo americano. En la Escuela Superior de Arquitectura de la UAH, durante los dos primeros cursos y los periodos académicos 2005/2006/2007 las clases se impartían como sigue: de las cuatro horas semanales de cada asignatura, una hora se dedicaba a una exposición del tema por el profesor. Los alumnos recibían una asignación de 10 ejercicios individualizados para cuya resolución tenían siete días. Después cada alumno, de un grupo de 15, exponía en público durante 12 minutos, en una sesión que duraba tres horas, algunos de los ejercicios que había resuelto o sus dudas a la hora de resolverlos.
Las clases de 90 alumnos se dividían en seis grupos de 15,3 por la mañana y tres por la tarde. Cada grupo tenía un tutor, un alumno de Proyecto Fin de Carrera, que le ayudaba y que corregía, bajo la supervisión del profesor, los ejercicios, que se entregaban semanalmente. El profesor tenía a su cargo dos de los grupos de 15 alumnos, rotando de semana en semana.
El sistema, que funcionaba en los EEUU hace 40 años, tuvo, como es fácil suponer, un éxito rotundo. Los alumnos estaban motivados, aprendían, y el resultado final fue de un 95% de aprobados en junio y buenas notas. Por el contrario, durante los seis años anteriores, los porcentajes de aprobados no superaban el 30% en junio.
Pero aquello se acabó. En este curso de 2007/2008 la UAH no ha destinado dinero para tutores, de manera que hemos tenido que revertir a las clases tradicionales: cuatro horas semanales de pizarra y un examen final al cabo de 15 semanas de clase. Los resultados, pavorosos en el siglo XXI: un 73 % de suspensos.
"Lo normal", según los profesores resabiados, que achacan el fracaso escolar a toda clase de causas, salvo a la real: la falta de interés de las administraciones por una enseñanza, no ya del siglo XXI, sino de los años 50 del siglo XX. Falta de interés sí, porque interés es poner dinero encima de la mesa y no se pone. El gobierno español insiste una y otra vez en que ha aumentado los dineros para las universidades. Pero esos aumentos no se ven por ningún lado. Son aumentos virtuales, Potterianos, fantasmas. Están en los Presupuestos del Estado, pero no llegan a las aulas. Un cálculo rápido pero totalmente correcto indica que el coste de tener dos tutores por cada clase de 90 alumnos es de 350 millones de euros anuales, para las 73 universidades españolas. En los Presupuestos del Estado de 2008 se destinan 400 millones de euros al ente público RTVE, que además ingresa al menos otro tanto por publicidad. Pero no hay 350 millones de euros para tutores. Habrá habido un incremento notable en los dineros para universidades, pero, ¿dónde están esos dineros? Los laboratorios siguen con las mismas prácticas de hace ocho años, no hay enseñanza por ordenador ni a través de sistemas automatizados, no se consigue que los alumnos puedan recibir sus clases en inglés. El dinero del que dispone cada profesor es hoy exactamente igual al que disponía hace ocho años, y eso a pesar de las enormes subidas de las cantidades destinadas a educación en los tres últimos presupuestos. Algo falla.
Y mientras tanto, seguimos con una enseñanza decimonónica: palo y tentetieso. Clases en la pizarra y exámenes finales. Suspensos y repetir, o tripitir, o 40, 50 y 60 convocatoria. Un calvario. En las universidades europeas y americanas los profesores imparten una o dos horas semanales de clase, hay tutores, y los alumnos aprueban masivamente. En las españolas, los profesores deben impartir ocho horas semanales y los alumnos suspenden masivamente, también.
Se puede cambiar, sin embargo. Hemos cambiado durante dos años, y por falta de interés -de dinero se entiende- hemos tenido que volver, en medio de la riqueza, de nuevo a la miseria decimonónica. ¿Entrará España alguna vez en la modernidad?

Antonio Ruiz de Elvira es Catedrático de Física Aplicada en la Universidad de Alcalá.

Fonte: http://www.elmundo.es/suplementos/campus/2008/512/1205255076.html

miércoles, 5 de marzo de 2008

Universidad gallega: ayer y mañana

Se inauguró ayer(29.02.2008), de la mano de la Fundación 10 de Marzo -una fundación del movimiento obrero-, y bajo la dirección de Ricardo Gurriarán, una exposición conmemorativa del Mayo del 68 compostelano. Tiempos para la memoria y memoria para el futuro.
Nada que ver las universidades actuales con aquella. Pero momento también para reflexionar frente a aquellos sueños inconcretos, los pasos dados, los objetivos alcanzados y el futuro.
Sorprende, por ejemplo, conocer que en España hay unos veinticinco mil solicitantes de estudios de medicina frente a los cinco mil que se pueden formar, mientras en ingeniería industrial existe un equilibrio entre oferta y demanda en torno a cuatro mil plazas; o constatar que existen facultades universitarias, repetidas en escasa distancia geográfica, con 200 alumnos matriculados, o quizás menos, con un gasto corriente equivalente a otras facultades de tres mil.
Recientemente, un rector explicaba su necesidad de pedir dinero para investigar, precisamente por su condición de rector y por las necesidades financieras que la universidad tenía. Y no seré yo quien niegue tales necesidades y la insuficiencia de la dotación presupuestaria. Pero también es necesario asumir algunas distorsiones que la actual estructura de las universidades y su gobierno han introducido o mantenido, o cuando menos no han sabido resolver. Porque si no, tampoco será posible poner fin a esas insuficiencias señaladas por el rector.
Solo los inconscientes dudan hoy del papel del conocimiento, la investigación, la tecnología y la innovación en el futuro de Galicia. Y por lo tanto, del papel clave que la universidad tiene en ese futuro. Otros prefieren no entrar en un debate de enorme complejidad, y donde ir contracorriente puede significar un desgaste de sus posiciones e intereses. Pero ni los inconscientes ni los tibios ayudarán a mejorarnos el futuro. Y uno se puede conformar con no desentonar en una liga local, pero la sociedad y la economía se enfrentan, cuando menos, en un espacio europeo.
Hemos vivido estos últimos veinticinco años con la Ley de Reforma Universitaria, que apuntaló la autonomía universitaria; luego, con una LOU del Partido Popular, y otra reformada recientemente por el PSOE, y ambas reforzaron esa autonomía. En Galicia no hemos tenido hasta ahora una ley de universidades, y si ahora se aborda sería ocasión para arriesgar. Más allá de la indolencia, de la resistencia corporativista o de las desestructuradoras fuerzas locales, antaño tan operativas en el país disperso. Nadie debería tener problemas para alcanzar un buen acuerdo: inversión suficiente para profundas reformas. Si a ello no se llega, el futuro de Galicia peligra, pero también la universidad se agota.

Uxío Labarta

Fuente: http://www.lavozdegalicia.es/opinion/2008/03/01/0003_6613441.htm


 
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