"Aquí tenemos dos crisis, la financiera internacional y la propia española"

Extracto de la entrevista realizada por El Mundo a Javier Gómez Navarro (Madrid, 1945), que fue ministro de Comercio en el último Gobierno de Felipe González y preside el Consejo Superior de Cámaras de Comercio desde 2004, tras la victoria electoral del PSOE.

Pregunta.- ¿Apoya los planes de ayuda del Gobierno al sector financiero?
Respuesta.- Me parecen bien. Podrían haber sido esos u otros, pero había que garantizar que la banca tenga el dinero necesario para hacer frente a sus deudas (y, por tanto las emisiones que les vence), y, al mismo tiempo, hacer frente a su papel de distribuidores de crédito a empresas y familias. La banca española ha sufrido un problema muy serio de falta de liquidez que ha ido repercutiendo en restricción de crédito. Ya ha provocado suspensiones de pagos de empresas y si no se resolvía de forma inmediata conducía al desastre. El Gobierno tendría que haber actuado antes, pero también es cierto que ahora lo hace cuando la mayor parte de los países europeos.

P.- ¿Son necesarias otras medidas ahora para las familias y empresas?
R.- La economía española tiene que recuperar la competitividad. Aquí tenemos dos crisis, la financiera internacional y la propia española. En el año 2007 hemos llegado grosso modo a importar 100.000 millones de euros más de los que exportábamos. También la banca española tuvo que colocar 200.000 millones en el mercado internacional para atender las necesidades de la economía. Son cifras insostenibles.

P.- ¿Qué se puede hacer para evitar que siga subiendo el paro?
R.- A corto plazo ya nada, pero hay que impulsar la economía para que se cree empleo en nuevos sectores. Nada crea tanto empleo como la construcción, pero no tiene sentido mantenerlo para hacer viviendas que no se venden.

P.- ¿Qué medidas ve prioritarias?
R.- Actuar sobre la productividad. A corto plazo hay que combatir el absentismo. Hay que convencer a los sindicatos de que su papel no es proteger a los vagos. No deben seguir protegiéndolos. Su papel es defender a los trabajadores, que son los que trabajan. Si quieren que su empresa sea competitiva y que se mantenga el empleo, deben colaborar. Son incompatibles salarios altos con productividad baja.
El absentismo se ha duplicado en los últimos tres años. Hemos pasado del 3,5% al 7%. Es inaceptable. En el País Vasco es donde menos hay, mientras que en algunas provincias andaluzas se dan las cotas más altas.

P.- ¿Por qué?
R.- Lo estamos estudiando con la Seguridad Social. Hay muchos motivos, pero el problema es que las bajas las da el sistema nacional de Salud. Los médicos no están para esto y no analizan al trabajador con el criterio de una baja laboral. Hay que evitar el fraude y las bajas las deben dar las mutuas y la Seguridad Social.

P.- ¿Deben bajar las cotizaciones a la Seguridad Social?
R.- Sí, porque son un impuesto sobre el trabajo. En países como Dinamarca el sistema de Seguridad Social se financia con IVA. La diferencia es que lo fabricado en España está gravado mientras que lo que viene de fuera no lo está. Hay que hacer como Alemania: bajar cuotas de la Seguridad Social y subir el IVA.

P.- ¿Hay que abaratar el despido?
R.- No es el problema. El despido en general no es caro, lo que es caro es que todos los despidos se consideren improcedentes. Si yo quiero despedir un trabajador y no quiero tener problemas le tengo que pagar como improcedente. Pero si los despidos procedentes fueran de verdad con 20 días por año trabajado y los que respondieran a causas objetivas lo fueran con 30 días, sería razonable. Eso sí, el empresario que despide por capricho, debe indemnizar adecuadamente.

P.- Entonces ¿qué reforma laboral ve necesaria?
R.- Hay que trabajar con los jueces de lo laboral y convencerles de que su papel es importantísimo para la competitividad de las empresas. Declarar todos los despidos improcedentes es lo más fácil del mundo, pero es ruinoso para el país y perjudica a los buenos trabajadores.